Confesiones de un Insomne por Ocio y Convicción

A veces, despues de un día considerablemente largo morfeo se niega a abrazarme, por más que quiera o intente. Mi insomnio no se desencadena por cafeína, la mayoría de las veces me puedo tomar un par de espressos y mi habilidad para dormir no se ve afectada. Hagamos recuento de las armas: 4 tazas de café, (alrededor de 400 mg de cafeína) + un litro de coca-light (100 mg de cafeína)= 500 mg de cafeína que no está realmente fuera de mi dosis habitual; qué le vas a hacer.
Tengo que confesar que soy una persona nocturna. Recuerdo cuando alguien -en pose de psicoanalista- me dijo, con ternura y condescendencia: "Hay Gentes (sic) que son Aves de Día y hay Otras que son Aves de Noche". Lo pronunció como un mantra, pero sin muchas ganas. Yo pensé en las múltiples maneras en las que se podían deformar esa frase, en murciélagos, buhos, gaviotas y en el otro lado, las golondrinas cursis y esos pájaros que difícilmente puedes apreciar los domingos por la mañana. El punto de esto es que a veces, seldomly, me encuentro sólo en la obscuridad de mi cuarto, viendo el techo (acordándome de mi psiquiatra Opus Dei), sin nada que hacer aparentemente, sin sueño y con UN CHINGO de pila.
He llegado a la conclusión de que disfruto estar despierto cuando los demás duermen, hacer cosas que los demás no hacen, pensar cosas que la gente que está a mi alrededor sólo se atreve a soñar -y, la mayoría de las veces, no osan recordarlas- . Lo juro, la verdad me gustaría estar así a mediodía, o a las diez de la mañana pero nel, no se me da.
La única manera de obtener esos resultados es llegar en vivo hasta el otro día lo cual implica estrellarse -crashear- temprano en la tarde y no revivir hasta el día siguiente o llegar más allá de la noche y andar BIEN pinche pirata a altas horas.
Choices, choices.

Sniff